¿Qué es?

El Parkinson

El párkinson es una enfermedad producida por un proceso neurodegenerativo multisistémico que afecta al sistema nervioso central lo que provoca la aparición de síntomas motores y no motores. Hablamos también de una enfermedad neurodegenerativa que afecta de diferente manera a cada persona que la padece.

Los síntomas motores más frecuentes son el temblor, la rigidez, la lentitud de movimientos y la inestabilidad postural, entre otros. Además de la alteración motora, otras áreas del sistema nervioso también se ven afectadas, y aparecen otros síntomas no motores. Es frecuente que éstos últimos aparezcan años antes que los síntomas motores, se los conoce como “síntomas premotores”. Los más conocidos son: depresión, reducción del olfato, estreñimiento y trastorno de conducta del sueño REM.

A pesar de todos los avances de la neurología, hoy en día se desconoce la etiología o causa de la enfermedad de Parkinson, por lo que también se desconoce cómo prevenirla. Afecta tanto a hombres como a mujeres, y más del 70 por ciento de las personas diagnosticadas de párkinson supera los 65 años de edad. Sin embargo, no es una enfermedad exclusivamente de personas de edad avanzada ya que el 30 por ciento de los diagnosticados es menor de 65 años.

SÍNTOMAS

  • Temblores: Lentos y rítmicos. Predominan estando en reposo y disminuyen al hacer un movimiento voluntario. No necesariamente los presentan todos los pacientes.
  • Rigidez muscular: Resistencia a mover las extremidades, hipertonía muscular.
  • Bradicinesia: Lentitud de movimientos voluntarios y automáticos. Falta de expresión de la cara. Escritura lenta y pequeña (micrografía). Torpeza manipulativa.
  • Anomalías posturales: Inclinación del tronco y la cabeza hacia delante. Codos y rodillas están como encogidos.
  • Anomalías al andar: Marcha lenta, arrastrando los pies. A veces se dan pasos rápidos y cortos (festinación), con dificultad para pararse. Episodios de bloqueo (los pies parecen que están pegados al suelo).
  • Trastorno del equilibrio: Reflejos alterados, fáciles caídas.
  • Trastornos del sueño: insomnio para coger el primer sueño, sueño muy fragmentado en la noche, despertarse muy temprano y no volver a dormirse, pesadillas vívidas, gritos nocturnos, somnolencia diurna…
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PROBLEMAS ASOCIADOS

  • Dolores de tipo muscular o articular.
  • Fatiga, agotamiento fácil, cansancio crónico.
  • Estreñimiento.
  • Falta de control de la orina (incontinencia).
  • Problemas sexuales: generalmente falta de deseo sexual, impotencia o frigidez, aunque también se puede dar justo lo contrario: excitación excesiva de deseos sexuales o eyaculación retardada o retrógrada.
  • Trastornos depresivos y aislamiento social.
  • Sudoración excesiva y crisis de seborrea.
  • Trastornos respiratorios.
  • Trastornos de la deglución (se traga mal y solo semi-líquidos).
  • Trastornos oculares: sequedad de ojos, picor, visión doble, falta de enfoque visual.
  • Enlentecimiento de las funciones psíquicas (bradifrenia).
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Los síntomas no motores de la enfermedad se encuadran en los trastornos de sueño, la lentitud generalizada, la apatía, el cansancio, la ansiedad, la depresión, los trastornos de conducta, el estreñimiento, la hipotensión, la dermatitis seborreica, los trastornos en la micción y la sialorrea (exceso de salivación).

CURSO DE LA ENFERMEDAD

La velocidad de progresión de la enfermedad es muy variable según qué pacientes. Aunque el párkinson es una patología progresiva, con la medicación antiparkinsoniana adecuada a cada caso y las terapias de rehabilitación complementarias, se puede frenar el ritmo de avance (velocidad) y la intensidad (molestia) de los síntomas razonablemente.

La calidad de vida cotidiana puede ser satisfactoria durante muchos años. En general, las formas rígido-acinéticas son más molestas y menos controlables que las formas temblorosas del párkinson.

ETAPAS DE LA ENFERMEDAD

Hohen y Yhar establecieron los 5 niveles (“estadíos”) clásicos de progresión de la enfermedad de Parkinson. Hay que hacer hincapié de nuevo en que ni mucho menos todos los pacientes que la sufren van a evolucionar hasta los últimos niveles:

Estadío 1:

Síntomas leves, afectan solo a una mitad del cuerpo.

Estadío 2:

Síntomas ya bilaterales, sin trastorno del equilibrio.

Estadío 3:

Inestabilidad postural, síntomas notables, pero el paciente es físicamente independiente.

Estadío 4:

Incapacidad grave, aunque el paciente aún puede llegar a andar o estar de pie sin ayuda.

Estadío 5:

Necesita ayuda para todo. Pasa el tiempo sentado o en la cama.

Solamente el 15 por ciento de los afectados de párkinson llega a padecer un grado de deterioro motor tan grave que necesite ayuda constante para hacer cualquier actividad, dependa de otras personas y se pase la mayor parte del tiempo en una silla o en la cama, sin poder moverse en absoluto por sí mismo. Si la cifra le parece muy alta y le atemoriza, dele la vuelta: el 85 por ciento de los pacientes de párkinson no terminarán en silla de ruedas.

SÍNTOMAS PSICOLÓGICOS EN PARKINSON

Además de los síntomas físicos, la enfermedad de Parkinson también puede tener un impacto significativo en la salud mental y emocional de una persona. Algunos de los problemas psicológicos que pueden experimentar las personas con Parkinson incluyen:
  • Depresión: La depresión es un problema común en las personas con Parkinson. Los cambios químicos en el cerebro que resultan de la enfermedad pueden contribuir a la depresión, así como las dificultades para lidiar con los síntomas y los cambios en el estilo de vida.
  • Ansiedad: La ansiedad es otra preocupación común en las personas con Parkinson. Las preocupaciones sobre el futuro, la salud y el estado de la enfermedad pueden ser abrumadoras y generar ansiedad.
  • Aislamiento social: La enfermedad de Parkinson puede afectar la capacidad de una persona para participar en actividades sociales, lo que puede llevar al aislamiento social. El aislamiento social puede agravar la depresión y la ansiedad.
  • Problemas de sueño: Las personas con Parkinson a menudo experimentan problemas de sueño, como insomnio o sueño interrumpido. Estos problemas pueden agravar la depresión y la ansiedad.
  • Demencia: En algunos casos, la enfermedad de Parkinson puede llevar a la demencia. La demencia puede causar problemas de memoria, dificultad para pensar y cambios de comportamiento.

Es importante que las personas con Parkinson reciban tratamiento para los problemas psicológicos que pueden surgir. El tratamiento puede incluir terapia, medicamentos o una combinación de ambos. Los familiares y cuidadores también pueden ser una fuente importante de apoyo emocional para las personas con Parkinson. 

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¿TIENEN SIMILITUDES EL PÁRKINSON Y EL ALZHEIMER?

El párkinson no es igual a la enfermedad de alzhéimer. No están alterados los mismos neurotransmisores ni las mismas áreas cerebrales.

El Parkinson no afecta al juicio ni el sentido común, ni el paciente se va a quedar sin memoria. Tampoco va a olvidar el leer o entender lo que le dicen, ni va a perder inteligencia de modo que no pueda reconocer a sus seres queridos o saber qué día es hoy.

Si bien, una pequeña minoría de pacientes con párkinson muy avanzado o con algún tipo de parkinsonismo van a llegar a desarrollar síntomas de deterioro cognitivo que se llama demencia. En el caso de la demencia asociada a la enfermedad de Parkinson nos podemos encontrar con:

Problemas de atención, de planificación y de organización, con lentitud para procesar la información y responder y, en algunos casos, con impulsividad. Algunas personas pueden tener dificultades en etapas de la enfermedad para controlar sus impulsos: comida, compras, juegos de azar…

En definitiva, el párkinson afecta predominantemente a las funciones motoras (movimientos), mientras que el alzhéimer afecta más a las funciones cognitivas (mentales).

¿QUÉ SON LOS PARKINSONISMOS?

Son patologías parecidas a la enfermedad de Parkinson típica pero que se diferencian en algunos síntomas y en su evolución. Se suelen llamar también párkinson-plus o enfermedades multisistémicas parkinsonianas (por ejemplo: degeneración nigro-estriada, parálisis supranuclear progresiva, atrofia olivo-ponto-cerebelosa, enfermedad de cuerpos de Lewy difusa, etc. Hoy día se tratan con la misma medicación y rehabilitación que la enfermedad de Parkinson típica o también se llama idiopática).

De forma muy genérica, se pueden apuntar las siguientes características propias de los parkinsonismos:

  • Responden peor a los fármacos con levodopa que el párkinson típico.
  • Se detectan otras áreas cerebrales afectadas, además de la sustancia negra (típica de la enfermedad de Parkinson).
  • Predomina la acinesia intensa, con escaso temblor.
  • La evolución es más rápida que en el párkinson típico.
  • Puede haber mayor riesgo de deterioro físico (invalidez) y mental (demencia).
  • No son buenos candidatos para neurocirugía.
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